La inclusión es un principio fundamental de la educación, que busca garantizar el acceso, la participación y el éxito de todos los alumnos, independientemente de sus características personales, sociales o culturales. Sin embargo, la inclusión no es una tarea fácil, ya que implica atender a la diversidad de necesidades, intereses y capacidades de cada alumno, así como ofrecer una educación de calidad que les prepare para el futuro.
Es un tema que siempre me ha preocupado como docente. ¿Realmente ofrezco las mismas oportunidades a todos los alumnos? ¿Estoy capacitado y formado para atender y llevar diferentes ritmos en mi clase? Normalmente es más el problema de falta de tiempo para generar recursos más adaptados, apoyar al alumno necesitado o atender emocionalmente a estos alumnos; lo que no me permite estar completamente satisfecho con esta labor.
Estas preocupaciones no son solo mías sino que tengo muchos compañeros que las comparten. Quizás tú también las hayas tenido en cierta medida.
En este contexto, la inteligencia artificial (IA) creo que puede ser una gran aliada de la inclusión, ya que ofrece herramientas y soluciones que pueden facilitar el trabajo de los docentes y mejorar el aprendizaje de los alumnos. Veamos algunos ejemplos de cómo la IA puede ayudar a la inclusión en educación:
- Adaptación: La IA puede proporcionar sistemas de aprendizaje adaptativo, que se ajustan al nivel, el ritmo y el estilo de cada alumno, ofreciendo contenidos, actividades y feedback personalizados. Estos sistemas pueden ayudar a los alumnos con dificultades de aprendizaje, así como a los que necesitan un mayor desafío, a avanzar según sus propias capacidades y motivaciones.
- Accesibilidad: La IA puede mejorar la accesibilidad de los recursos educativos, mediante el uso de tecnologías como el reconocimiento de voz, la síntesis de voz, la traducción automática, el procesamiento de imágenes o el reconocimiento de gestos. Estas tecnologías pueden facilitar el acceso a la información y la comunicación de los alumnos con discapacidad sensorial, motora o cognitiva, así como de los que tienen dificultades con el idioma.
- Colaboración: La IA puede fomentar la colaboración entre los alumnos, mediante el uso de plataformas de aprendizaje colaborativo, que permiten crear y compartir proyectos, resolver problemas, debatir ideas o dar y recibir feedback. Estas plataformas pueden favorecer la interacción y la cooperación entre los alumnos, así como el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, que son esenciales para la inclusión.
- Innovación: La IA puede estimular la innovación en la educación, mediante el uso de herramientas de creación de contenidos, como generadores de texto, imágenes, música o vídeos, que se basan en algoritmos de IA. Estas herramientas pueden potenciar la creatividad y la expresión de los alumnos, así como ofrecer nuevas formas de aprender y enseñar.
Como hemos visto, creo que la IA puede ser una gran amiga de la inclusión en educación, siempre y cuando se use de forma ética, responsable y pedagógica. La IA no debería sustituir al docente, sino complementar su labor y apoyar su profesionalidad, no solo ofreciendo tareas de ayuda directa sino también optimizando el tiempo de las tareas del docente y ofreciendo así disponibilidad para que éste se centre en lo realmente importante, el alumno. La IA tampoco pretende homogeneizar al alumnado, sino respetar su diversidad y potenciar su individualidad. La IA es, en definitiva, una oportunidad para mejorar la educación y hacerla más inclusiva para todos. ¿Te animas a probarla? 🤖
Artículo de opinión por Charly Expósito